
Guatemala, 5 de marzo de 2017 Año de la Revelación
Iglesia de Cristo Ministerios Ebenezer Norte
Departamento de Comunicación y Medios
Prédica impartida por: Pastor Carlos Arévalo
Redactado por: Jonathan Charchal
¡El Velo Está Roto!
1 Corintios 11:26 Porque todas las veces que
comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta
que El venga.
Mateo 27:50-51 Entonces Jesús, clamando
otra vez a gran voz, exhaló el espíritu. (Murió) Y he aquí, el
velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló y las
rocas se partieron;
En la antigüedad, La Ley
decía que únicamente una vez al año, el sacerdote podía entrar al Lugar
Santísimo. Este sacerdote corría el riesgo hasta de morir allí dentro si no se
había purificado correctamente y luego debía salir para hablarle al pueblo.
A todos nosotros se nos
haría imposible poder tener la experiencia de entrar al Lugar Santísimo, sin
embargo, al momento en que El Señor Jesucristo muere, Dios inauguró un nuevo
ciclo en el cual todos podemos entrar con libertad al Lugar Santísimo todos los
días de nuestra vida.
Hebreos 10:19-20 Entonces, hermanos, puesto
que tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, por
un camino nuevo y vivo que El inauguró para nosotros por medio del velo,
es decir, su carne,
Pero ¿qué
pasa cuando no conseguimos la libertad para entrar a su lugar Santísimo?
Esto se debe a que muchas
veces cuando estamos en la Casa del Señor, ponemos un velo en nuestro corazón,
y aunque Dios ya quitó la barrera que antes existía, nosotros mismos ponemos un
velo con amarguras, resentimientos, incluso de culpabilidad por el pecado, pero
a través de este nuevo pacto, todo pecado es borrado y el único que podría
acusarte o juzgarte, ya te ha perdonado.
El mundo nos querrá
acorralar, el pecado querrá matarnos, la muerte querrá decir que tiene derecho
sobre nosotros, pero si atravesamos ese velo que está roto, encontraremos esa
seguridad que nuestra alma tanto necesita.
Si rechazamos su sangre y
su cuerpo también rechazamos el pago que Él hizo cuando fue al lago de fuego a
pagar por nosotros.
Es por esto que debemos
acercarnos a Su Mesa, pues en ella encontramos una nueva oportunidad de
comenzar.
·
Este material puede reproducirse por cualquier medio, impreso o digital,
siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario